Encontrar personas en Internet no es tan fácil

Supón que necesitas encontrar a una persona en Internet. Vas a contratar a alguien nuevo en la oficina y quieres conocer su carrera profesional. O recuerdas a un viejo compañero de estudios y quieres saber qué pasó con su vida después de la graduación.

¿Qué se suele hacer? Buscar en Internet a la persona de tu interés. Para ello, las primeras opciones son Google (buscador), Facebook o LinkedIn (redes sociales).

Pero no es tan fácil en un entorno plagado de influencers, fantasmas o perfiles falsos. En este post te enumeraré las 6 razones por las cuales puede complicarse encontrar a una persona real en la Red

¿Por qué no puedes encontrar a una persona en Internet? 6 razones

1. Nombres y apellidos comunes

Si la persona que intentas buscar se llama Pedro Pérez, te deseo mucha suerte intentando saber de él. Haz la prueba en Google. Lo primero que vas a encontrar son sendas páginas de Facebook y Wikipedia invitando a que entres y escojas cuál de todos los “Peter Miller” que tienen registrados se parecen a la persona que estás buscando.

2. Comparte nombre con un famoso

También suele pasar que los resultados en Google “entierran” lo que buscas debajo de miles de referencias a una misma persona, aquella más conocida con ese nombre. Y no pienses que eso solo pasa con los desafortunados que están buscando un carpintero de Nevada llamado Bill Gates.

Te deseo suerte si buscas una chica llamada Kylie Jenner. En Google, por ejemplo, no creo que la vayas a encontrar fácilmente. Así es el negocio de los influencers: a veces ni siquiera tienes que ser famoso por un talento o una empresa específica. Llegado un punto, tú mismo eres empresa.

Ni siquiera tienes que compartir nombre con una persona para ser sepultado en la segunda página de las búsquedas, esa que nadie abre. Si te llamaras Rose Brown, muy difícil tienes competir en posicionamiento con una tonalidad de pelo de ese color.

3. Fotos poco identificativas

Muchas personas ponen en sus perfiles sociales fotos que incluyen otras personas. Por ejemplo, un grupo de amigos o una gran familia donde varios miembros se llamen igual. Todo eso genera molestas confusiones si dispones de poca información pública, más allá de la foto, para guiarte.

Incluso personas que han tenido vidas activas en redes sociales, luego dejan de confiar en estas herramientas y se desprenden del hábito de compartir fotos suyas. No hablamos ya de aquellos quienes decidieron nunca usarlas.

Por lo tanto, existen muchos perfiles en redes sociales cuya imagen es un escudo de un equipo de fútbol, la foto de una mascota o un personaje de dibujo animado. Si no recuerdas bien la ortografía del nombre y otros datos de valor identificativo, poco puedes hacer para identificar una persona con una foto así.

También existen tendencias de compartir fotos propias en los perfiles con escaso valor identificativo: fotos de la infancia, de espaldas, ocultando el rostro, con un filtro distorsionador, etc.

4. Información de perfil poco confiable

Muchas personas mienten explícitamente al crearse perfiles en redes sociales. Y no es demasiado difícil hoy llenar varios blogs, perfiles y sitios web en los cuales aparezca que vives en Boston cuando realmente estás en Puerto Rico.  

La desconfianza que ha surgido debido a casos como Cambridge Analítica u otras revelaciones sobre la monetización de los datos personales hace que cada vez sea más difícil encontrar personas en Internet con toda su información pública y verídica.

5. Perfiles falsos

Los perfiles falsos son un fenómeno de la vida moderna. Si interactúas en Twitter con una “persona” detrás de la pantalla puede estar un bot o un individuo que maneja numerosos perfiles con una intencionalidad comercial o política.

The New York Times contó la historia de Renee Holland, una mujer que estuvo chateando meses con un supuesto soldado al cual envió dinero en tarjetas de regalo y canastas de productos básicos. Incluso pagó un pasaje y fue al aeropuerto a recibir una persona que no existía, en un vuelo que no salió nunca. Esta es una de las más tristes de las formas de estafa: la que se aprovecha de a la sensibilidad humana.

Jack Nicas contó la historia de Renee Holland, una de tantas personas engañadas por los perfiles falsos

Existen varios tipos de perfiles falsos, según sus funciones

Suplantación de Identidad

Una persona que se hace pasar por otra existente. Los objetivos pueden ser varios: obtener alguna información o acceso haciéndose pasar por alguien de confianza, hacer parodias de lo que diría un famoso en redes sociales, articular fácilmente una comunidad de seguidores en torno a un líder conocido sin ser él. Por esta razón, resulta tristemente común encontrar personas en Internet que no son quienes alegan y aún así tienen quorum.

Phishing

Forma específica de la suplantación de identidad que se vale de la confianza depositada en un individuo o empresa para hacerse pasar por él y obtener información sensible como tarjetas de crédito o contraseñas.

Se vale de la práctica de la ingeniería social, que en informática es un principio que argumenta cómo los usuarios “son el eslabón más débil” de cualquier sistema.

Bots

Es un software que genera mensajes y conversación automáticamente sobre determinados temas en redes sociales, muchas veces aparentando ser una persona real en ellas. Se suelen usar mucho para generar la sensación de que un contenido es viral, o una idea válida por la cantidad de personas que la respaldan. Según varios medios, los bots sociales en Twitter tuvieron gran influencia opacando mensajes de la campaña de Hillary Clinton a favor de la victoria de Donald Trump en las elecciones de 2016.

6. Encontrar personas sin redes sociales

Aunque en pleno siglo XXI es raro, muchas personas huyen de tener una presencia online. Sin perfiles en redes sociales, la posibilidad de que aparezcan se limita a menciones en medios de prensa, blogs y otros sitios web, los cuales no siempre son de fiar.

¿Imaginas que exista una herramienta que tuviera información fiable y verificada de todo el mundo? ¿Te registrarías para contribuir a un bien común? Coméntanos

Foto de portada: Madelín Ramírez


Comparte en redes sociales
Gabriela M. Fernández

Periodista con vocación, pero no pierde la esperanza de aprender a programar. Cinéfila, seriéfila, adicta a la tecnología: pudiéramos decir una milennial en toda regla.

Más publicaciones (16)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

En este artículo