Biometría e identidad digital en la era post COVID-19

La pandemia del coronavirus ha impulsado al mundo hacia el aislamiento social y, por consiguiente, al empleo cada vez mayor de sistemas contactless o touchless. En este proceso, la identidad digital basada en la biometría ha posibilitado que podamos realizar disímiles acciones sin tocar superficies. Esta conjunción de tecnología, empleada incluso desde antes de la COVID-19, se consolida hoy para cambiar nuestras vidas.

¿Cómo cambiará nuestro entorno digital en la nueva normalidad?

La tecnología biométrica permite la identificación de rasgos físicos, los cuales son medidos mediante algoritmos que verifican la identidad de una persona. Entre los más usados se encuentran por ejemplo, la huella dactilar o el reconocimiento facial para desbloquear los smartphones o para acceder a centros laborales.

En la era post COVID-19 hay dos cambios esenciales vinculados a la identidad digital. Por un lado la tecnología biométrica es la gran triunfadora y por otro, los seres humanos descubriremos que solo son necesarios nuestros cuerpos para autenticarnos ante bancos, hospitales o centros de trabajo.

Muchos de esos sistemas biométricos que marcarán la vida cotidiana en la llamada “nueva normalidad” existían desde antes de la pandemia. Sin embargo, su uso durante estos últimos meses se ha disparado y todo indica, mientras no exista una vacuna, que seguirá aumentado su popularidad e implementación.

Eye tracking: tus ojos saben todo de ti 

El eye tracking o tecnología ocular permite realizar disímiles acciones solo con la mirada. En un contexto donde debe disminuir el contacto físico, esta herramienta es una de las grandes triunfadoras.

Este virus ha adelantado años el despegue de ciertas tecnologías que, si bien ya estábamos aplicando, se iban relegando por no considerarse fundamentales.

Eduardo Jauregui, co-fundador y CEO de Irisbond, empresa pionera en este mercado, en entrevista con el periódico El País

Ante el escenario de distanciamiento social, el eye tracking brinda, entre otras, las siguientes posibilidades:

  • Dirigir los ascensores: Esos espacios que tantas personas suelen tocar ahora pueden ser manejados solo con la vista. Cámaras interiores pueden rastrear la mirada de los usuarios e identificar hacia dónde se dirigen.
  • Controlar el acceso de personas: Con esto sucede algo similar a los ascensores. Centros laborales pueden hacen rastreo de la mirada para identificar a sus trabajadores. Este sistema biométrico también puede emplearse en edificios de vecinos, así como en el transporte público.
  • Operaciones en cajeros automáticos y bancos: Esto permitiría lograr transacciones bancarias seguras tanto en los cajeros como en las ventanillas de los bancos solo con la identificación del iris.
  • Manejar maquinaria laboral: Esto además de las ventajas por evitar el contacto con superficies, también evitaría riesgos de accidentes.   
  • Acciones de pago: Esto se viene implementado en algunas plataformas de manera exitosa, como por ejemplo de manera reciente con Google Chrome.

Reconocimiento facial: la cámara sabe quién eres

El reconocimiento facial sigue ganando popularidad en el contexto marcado por la biometría e identidad digital post COVID-19. Es este un dato 100% intransferible, que nos hace únicos. Un tema polémico en torno a su implementación está relacionado con la seguridad de los datos –que también engloba al resto de los sistemas biométricos de ID–, asunto que las compañías implicadas en su gestión deben proteger para aumentar la confiabilidad de sus usuarios.    

Este sistema biométrico ya es usado en acciones como desbloquear el celular, en algunos sistemas de pago y para acceder a centros laborales. Con la nueva era post pandemia será útil también en aeropuertos y hoteles. Una opción donde el usuario no tendrá que tocar nada, solo mostrar su rostro a una cámara.

Biometría de voz: nueva era tecnológica

La voz es otra de las tecnologías ya usadas antes del coronavirus y que se ha masificado con la pandemia. La biometría de voz evitará contagios en actividades cotidianas y contribuye a reducir la burocracia, así como el consumo de papel.

Acciones como firmar, acceder a la oficina y pagar con la voz se han potenciado en este tiempo de pandemia y lo expertos aseguran que aumentarán el mercado de la biometría e identidad digital post COVID-19. Estas operaciones, junto a otras como controlar los smart speakers del hogar, eran conocidas y usadas desde antes del coronavirus.

Con el uso de sistemas biométricos probar quiénes somos es mucho más fácil de lo que podíamos imaginar hace apenas 20 años atrás. Hoy el gran reto de esas herramientas está en proteger los datos de los usuarios.


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FySelf

Innovadores digitales que proponen un nuevo concepto para la web. Creemos que el mundo digital no necesita más monarcas tecnológicos, sino herramientas apropiadas para encontrar la verdad.

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